Para determinar si necesitas únicamente un tren de filtrado o además incorporar un sistema de ósmosis inversa, es necesario evaluar ciertos aspectos clave relacionados con la calidad del agua cruda y los estándares que deseas cumplir para el agua purificada. Aquí te explico los pasos principales:

Conocer los parámetros del agua cruda a usar.

Realizar un análisis detallado de la calidad del agua de tu fuente es esencial. Este estudio debe incluir parámetros como:

• Sólidos totales disueltos (TDS): Si los niveles son altos, se recomienda un sistema de ósmosis inversa para reducirlos.
• Presencia de metales pesados: Como arsénico, plomo o mercurio, que también requieren ósmosis inversa para ser eliminados.
• Turbidez, cloro y partículas: Estas impurezas pueden tratarse con un tren de filtrado que incluya filtros de sedimentos, carbón activado y desinfección.

Decidir con qué parámetros vas a vender tu agua purificada

Define el estándar de calidad que deseas para tu producto. Por ejemplo:

Si buscas agua de baja mineralización (ideal para el consumo humano y con un sabor más suave), será indispensable la ósmosis inversa.

Si los parámetros de calidad del agua cruda cumplen con ciertos niveles de potabilidad, un tren de filtrado podría ser suficiente para eliminar impurezas visibles, olores o sabores.

¿Cuándo elegir cada sistema?

Tren de filtrado únicamente:

Útil si el agua cruda tiene pocos sólidos disueltos y no requiere un cambio drástico en la mineralización, pero sí la eliminación de partículas, cloro y microorganismos.

Ósmosis inversa y tren de filtrado:

Necesario cuando el agua tiene altos niveles de TDS, sales disueltas o contaminantes químicos que un tren de filtrado no puede eliminar.

En conclusión, la clave está en analizar la calidad del agua cruda y definir los estándares del agua purificada que deseas ofrecer. Con esta información, podrás seleccionar el sistema más adecuado para tus necesidades.